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Gowex, otra burbuja tecnológica

Alberto Fernández Boira

6 de julio de 2014

Ya apuntábamos en nuestra última entrada relativa a este asunto la compatibilidad de posiciones en corto de Gotham City Research con la verosimilitud de su informe que tumbó la cotización de Let’s Gowex en el MAB. Hoy, de madrugada, Gowex confirma que que sus cuentas, por lo menos desde hace cuatro años, no dan una imagen fiel de la realidad y solicita el concurso de acreedores. Aquí les dejo la noticia:

http://www.elconfidencial.com/mercados/inversion/2014-07-06/gowex-explota-las-cuentas-son-falsas-jenaro-garcia-dimite-y-solicita-el-concurso_157364/

Algunas reflexiones sobre Gowex

El pasado 3 de julio, después de analizar el informe de la firma de análisis Gotham City Research, apuntábamos a una tercera vía que los medios parecían obviar: la compatibilidad de un conflicto de interés del autor con una debacle económica de la compañía de ciudades WiFI: http://www.fernandezboira.com/blog/gotham-vs-gowex-luces-y-sombras/ . Hoy nuestras sospechas se han confirmado por lo que al parecer, Gotham City no iba desencaminado. Pero, ¿Podemos hablar ya de fraude? Con esta entrada quiero plantear varios aspectos del huracán que se avecina y de la sensibilidad que tienen las compañías tecnológicas cotizadas a las burbujas.

Ya es un hecho reconocido por el Hecho Relevante que la compañía ha remitido esta madrugada a Bolsas y Mercados Españoles, que el propio CEO de la Cía ha admitido que las cuentas no reflejan una imagen fiel de la compañía, como poco desde hace cuatro años, además de anunciar la solicitud de concurso voluntario. Pinta mal y me explico. El problema de las compañías tecnológicas cotizadas es que son muy susceptibles a generar burbujas especulativas rápidamente. Esto se debe en gran medida a la gran cantidad de activo intangible del que disponen: el valor de una idea, de un know-how, software o del potencial para generar beneficios son muy difíciles de determinar y cuantificar, permitiendo además una gran maleabilidad en libros, aunque el problema no es tanto la contabilidad, que se convierte en un chicle aún más si cabe. Una compañía tecnológica con un pronóstico favorable tiene un gran acogida en el inversor, toda vez que por todos es sabido que su éxito crece en progresión geométrica y esto genera un efecto multiplicador en los beneficios previstos, lo que hace valores muy atractivos para el capital riesgo y el inversor intrépido, de modo que de la noche a la mañana dispara su cotización en los mercados de valores. Todo el mundo en el sector quiere recoger el testigo de los grandes, Google, Facebook, Amazon, Twitter, pero incluso éstos no son ajenos a este tipo de turbulencias financieras, siendo claros ejemplos de ello las salidas a bolsa de Facebook y Twitter, marcadas ambas por un alto grado de especulación, a la baja y al alza respectivamente.

Es esta capacidad de crecer de las tecnológicas lo que hace a estas compañías cotizadas tan peligrosas para el inversor, pues los buenos resultados, o mejor dicho, las buenas noticias, sean falsas o veraces, hacen crecer rápido en puntos su cotización y alejarla de su valor razonable, basándonos en la idea de que el valor real de dicho intangible será capaz de soportar, absorber y superar su capitalización bursátil, basado muchas veces en hipótesis sobre la capacidad de generar beneficios futuros, lo que aumenta mucho su volatilidad, algo que, lamentablemente, no siempre es así.

Es por ello que el acceso a un mercado de valores por parte de una compañía tecnológica, la hace atractiva no solo de cara al inversor, si no a la contratación. Ya lo decía su consejero ejecutivo, Jenaro García, en un vídeo promocional disponible en la web del MAB hasta hace unos días (lo subo pero no creo que esté mucho tiempo en Youtube) https://www.youtube.com/watch?v=B79RmVTXyXs «hemos cambiado de un mercado de oferta en el que nosotros perseguíamos a los clientes a un mercado en el que ahora los clientes nos llaman a nosotros para montar proyectos» «el MAB nos ha ayudado mucho a generar una visibilidad mucho más alta en el mundo». Este valor reputacional que da el cotizar en los mercados de valores no debe de ningún modo subestimarse, pues potencia las expectativas de negocio, lo que no implica  disponer de la llave del éxito, si no que se lo pregunten a Enron, o sin irnos tan lejos, Terra. Lo peor de todo es que, del mismo modo que el que invierte, el que contrata también se ve afectado por el reguero de impagados que deja un «cachalote moribundo» (así lo definí en el primer post relativo a este tema), lo que ya no solo implica el pequeño mediano inversor arriesgado (que normalmente sabe cuando parar) o el fondo de inversión que expone el 1% de su cartera, si no a la PYME y al profesional que confió en las cifras y los éxitos que se presentaban, lo cual puede ser un auténtico drama.

Por otro lado, lo cierto es que algunos empiezan a hablar de efecto contagio. A este respecto me gustaría hacer una reflexión final, pues creo, a riesgo de equivocarme, que el lunes tendremos un día movido en el MAB. ¿Por qué creo eso?: Hay séis empresas tecnológicas más cotizando en el MAB relacionadas con las telecomunicaciones y la gran mayoría de las restantes pertenecen al sector farmacéutico y de la comunicación, con un importante activo intangible. Aquí tienen el listado:

empresasmab

En definitiva, los mercados son así y esto no lo inventamos nosotros. Cuando ocurre algo como lo que ha venido pasando estos días con una compañía de un determinado sector, el resto de empresas del mismo queda bajo sospecha y esto puede ser malo y puede ser bueno, o viceversa, según desde el cristal que se mire. Lo que quiero decir con esto, es que esta circunstancia podría arrastrar compañías sanas en un descenso generalizado (lo que al ser una bajada especulativa, es muy posible que se recupere, convirtiendo el valor afectado en una oportunidad para el inversor) o por otro lado, podría ajustar la cotización de alguna otra compañía a su valor razonable como ha pasado con Let’s Gowex. Estoy seguro que tendremos más sorpresas.

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